Como la crisis está achuchada y no todo el mundo se puede permitir el colesterol, ahí está el conejo saltarín de Navidad, con reminiscencias cazadora en la salsa.
Para darle un tono más medieval y festivo, lo cociné bajo los auspicios de un clásico que durante siglos fue el top ten de los locales de fiesta del siglo XII: Carmina Burana ( es la versión original anterior a la de Orff, que es un remix moderno). Interpretada por el Clemencic Consort. Para que nos entendamos, canciones medievales de borrachuzos, subiditas de tono. Una de las más divertidas es la primera del volumen 1 (son tres). "Bache, bene venies" (Baco, se bienvenido) Siento no poder proporcionar un vídeo, pero los que hay en el YouTube, están caducados. Así que si linkais en la canción al menos podreis ver la letra.
Conejo con enebro y menta
Ingredientes
- Conejo troceado
- Aceite de oliva virgen lo suficiente para que todo el conejo esté recubierto por una capita fina
- Ajos frescos, en trozos grandes
- Miel, menta y bolas de enebro, ambos en polvo, sal, (pimienta negra opcional)
- Manzana roja, partida en trocitos. En función de lo dulce que nos guste, con manzana y media para tres personas es suficiente
- Rábanos redondos rojos sin la piel
Conejo:
- Se ponen los trozos de ajos en el aceite tibio y se les deja dorar hasta que esté caliente el aceite.
- Se marcar el conejo, dorar un poco es marcar.
- Se echan también los rábanos que les cuesta cocerse.
- Se le incorpora el enebro y la menta en polvo y se deja hacer a fuego lento en su propio jugo. Se puede añadir un poquito de agua para ayudar a crear la salsa.
- Vamos removiendo de vez en cuando. Estará listo cuando con un tenedor separemos con facilidad la carne del hueso.
- Pelamos la fruta y le quitamos las pepitas.
- Con aceite de oliva virgen la doramos por fuera a fuego medio, sin que esa se rompa.
- Entonces le ponemos miel precalentada para que sea más fluida y seguimos salteando.
- Cuando esté medio hecha, la sacamos del fuego y la reservamos.
- Cuando el conejo esté a 3/4 partes de estar cocinado añadimos la manzana y dejamos que se acabe de cocinar con el sabor de la misma.
- Apagamos el fuego salpimentamos (añadimos sal y pimienta al gusto), tapamos y dejamos reposar un poco para no quemar el aroma de la pimienta.
Para quitar con facilidad la piel del rábano, se congela y cuando está a mitad de descongelar se sacar de un tirón.
No tapar la manzana cuando la salteamos para que no se cueza y sólo se dore.
Dedicado a mi mamá en homenaje a sus magníficos guisos de conejo. (A ella siempre le quedan perfectos).