El silencio y la paz es un día gris plomizo de luz dispersa en el aire, mientras oigo el ronroneo de los coches, de mi gato mullido y el latir de un corazón bajo mi oreja.
Refugiados todos bajo la manta de felpa, con un chocolate o un pacharán en la mano, mirando las luces de la ciudad encenderse como estrellas, entre el aroma de sándalo y el titilar de las velas.
Los iris contra la ventana, índigos y amarillos, recogiendo el esplendor del cielo despejado de invierno al atardecer, ahora recortados contra el titilar de las farolas.
Nada más y nada menos...
Els crims de la mel (Pep Coll)
Hace 21 horas