El Sofá del Zorro

Historias urbanas, humanas y digitales

18:22

Navidad 2.0

Publicado por Kitsunesan |


Es cierto que es tarde para acordarse de las Navidades, hemos de decir en mi disculpa, que para variar casi no las sobrevivo. Los urbanitas no somos dados a intercambios de visitas familiares, somos seres ariscos, huraños y demasiado cools para estos temas. Sin embargo este año estoy entre el horror y la fascinación, de cómo he acabado en tantos encuentros de este caracter, con desplazamiento kilométrico y aire puro incluido.

Para los urbanitas de verdad lo más cercano a la Navidad, son las luces en las calles, los espectáculos especiales a todo color, los estrenos de cine, las compras y las quedadas suicidas y catárquicas con los amigos, huyendo de tanto espíritu navideño después de un encuentro con el clan sanguíneo.

Durante todo el año hay espectáculos y se puede salir de fiesta genial con los amigos, no sólo en fin de año. Las compras especiales no me parecen divertidas, por consumistas e histéricas, sacan en todos los aspectos, lo peor de la gente por la calle.

Avorrezco el espírtu navideño, que sólo se acuerda de la familia y de las buenas intenciones, durante pocos días al año, que convierte en una maratón asfixiante el estrechar lazos familiares, lo que podría ser un agradable paseo con muchos momentos que compartir y disfrutar sin tanta apostura.

Eso sí, me quedo de esta época de oscuridad, con los adornos y las luces. Me encantan los abalorios Navideños, los resplandores creativos dentro de la noche. La nocturnidad más larga del año y los regalos durante el amanecer del día siguiente, a esas cenas y comidas familiares terribilis.

A mí, me gusta regalar el día de Navidad, antes de que comience la vorágine de quedar bien con la tribu, o después de la Noche Buena en el caso de que esta sea igualmente accidentada. La luz de la mañana y los adornos de purpurina brillando con las bolas del árbol, yo no tengo pesebre, pero a quien le guste el maquetismo me parece perfecto, a mí me encanta verlos en la Fira de St. Llúcía (St. Lucía Para los Catalanes), que no me pierdo ningún año.

Este, me he quedado con ganas de ir a oir cantar a la Sibila en St. Maria del Mar, que és mi lugar místico fetiche de Barcelona. Casi a media noche, se representa como la Sibila predice a las gentes el nacimiento del Enviado, lo cual queda como muy misterioso y pagano, pero es muy sincrético y hermoso. Solsticio de Invierno entre un templo centenario iluminado por las luces trémulas de las velas mientras se canta a capella.



Para compensar iremos a la Fira de Reis (La Feria de Reyes), en donde hay muchas paradas de juguetes y artesanía. Lo mejor es ver cómo la gente pasea más que compra por esta feria y al final de la noche se mete en un bar a tomar chocolate con churros para hacer pasar el frío.

Resumiendo, estoy deseando de coger vacaciones para desestresarme y disfrutar de un poco de tranquilidad hibernal. Eso sí dejaré los adornos un par de semanas más para disfrutarlos de verdad y guardar lo bueno de todo este estres.

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