El Sofá del Zorro

Historias urbanas, humanas y digitales


A los urbanitas se nos diferencia del resto de habitantes de comunidades humanas, por los servicios a los que tenemos acceso en nuestro lugar de residencia. Se supone que la ciudad, la gran urbe, resulta ser un oasis de posibilidades y de obtención de objetos y beneficios, que sólo allí se pueden encontrar. La Ciudad de las Maravillas.

En una ocasión me dijeron que lo mejor de Nueva York es que no dormía, y que a cualquier hora podías encontrar todo aquello que desearas. Otra me dijo, que España era un país cuyas ciudades importantes estaban unidas por edificios del Corte Inglés. Y yo añado, que una ciudad o barrio, no es lo "que ha de ser" si no tiene un Mercadona cerca (y si tiene un Ikea, que más decir?). No deberíamos olvidar que sobre todo es una buena ciudad si tiene: parada de metro y tren, y autobuses y aeropuerto y mercado y hospitales y tiendas y vida cultural... Pero sobre todo, aquello que nos define, lo que compramos. Y qué más descriptivo que nuestra despensa?


Ante todo somos consumidores. Antes que ciudadanos, no nos engañemos. Para más inri leer No Logo, de Naomí Klein.

No hace mucho me llamó una amiga que vive en la parte externa de una gran ciudad y me comento: "Kitsunesan, ya tenemos Mercadona. Ya somos un barrio de primera. Hemos dejado de ser un suburbio "cholo" (ains!!!) ". Lo que hace que una gran marca se instale en una localidad. Como sube la moral de un barrio del extrarradio! No las infraestructuras, bibliotecas, los servicios... En fin, en realidad somos lo que comemos... Ya me lo decía mi madre, que tiene un master en generencia de empresas, porque un hogar lo es.

Es decir, que los guapos y modernos mileuristas intelectuales, bobos, sobradamente preparados, gafapastas (otro link de gafapastismo), chuchismarujis treintañeras y suegras rejuvenecidas, solteros de precongelados y estudiantes de Erasmus ocasionales, ya pueden sentirse incorporados al prestigio social de comprar marca blanca pijo-económico. (No estamos hablando de Caprabos etc, sin ofender, cuyos precios me hacen ponerme en duda el concepto como tal).

Urbanita de pro, cuando le acaban de ingresar la nómina...El otro lado, el de la lana, es el lado cool-moderno. Es lo que tienen las ciudades, una doble cara. Aunque ninguno cambiaríamos sus pastos, por las ciudades de "provincias". Incluso si pudiéramos estirar más el sueldo.

Y es que la modernidad, lleva a la cultura del low cost como "marca de prestigio", porque ahorrar se ha puesto de moda. (Lo que hace el auotengaño con mucha necesidad y un toque de marketing. Libro: El fin de la Clase Media y el Nacimiento de la Sociedad de Bajo Coste). Lo mismo que antes nuestras madres, miraban precios e intentaban buscar la marca "no t'hi fixis" (no-te-fijes), para llegar a fin de mes, pero sin hacer alarde claro.

Ahora si no tienes algo de Ikea, que a veces no es tan barato como creemos, no eres "moderno". Claro que si tienes estilo y unos eurillos de más, o simplemente prefieres comer palomitas pero tener esa superchachi silla de... plástico de diseño???, te compras algunas cosas en Habitat, que todavía hay clases... O te vas de outlet, que es lo que tenemos que hacer los urbanitas más modernillos y fashion victims. Ya que en realidad, lo de ser cool, fashion, chic y ultratecnológico con estos sueldos, pasa inevitablemente por la marca blanca, de todo.

En resumen, por fin, el paladín de la gran familia de las marcas bajo coste, adalid de la generación más preparada de la historia del país, cuyo sueldo es inversamente proporcional a sus conocimientos profesionales, ha dignificado una nueva región de las afueras, donde los alquileres son más bajos.

En el fondo después de tanta ironía, hay que decir que lo único que queremos todo el mundo es sacar el máximo partido a nuestro dinero, y disfrutarlo lo más posible. Y es que todos estamos encantados de la vida de tener un Mercadona, y un Ikea, cerca de casa. Porque han sabido encontrar un compromiso aceptable entre la calidad, lo bonito-diseño, y un precio que ha roto moldes.

Hemos de admitir, ahora seriamente, que son un caso de éxito de negocio (Mercadona 1, Mercadona 2, Caso Ikea), incluso han creado productos clásicos, y en el fondo eso también nos encanta. Porque el tema negociete también nos gusta a los urbanitas.

Nos pone un montón sentirnos parte de una solución inteligente, aunque no hayamos participado en el proyecto, bueno sólo comprándolo al final. Vamos, igual que cuando gana la Selección de España en la otra punta del Mundo, con el gol de Iniesta.

Somos animalillos peculiares sin duda los urbanitas...

Pd: sí la música es de los Pet Shop Boys, los adoro desde que era un retaquito urbanita de suburbio. Y admito ser víctima Ikea, cómo no me enteré de que vendían esos antifaces y gorritos? Nunca me lo perdonaré.
Dedicado a todos los amigos que tengo en proceso de mudanza.

2 comentarios:

fada dijo...

Doncs jo compro al barri i a la meva ciutat mitjana a les botigues de tota la vida i encara no m'he acostumat a les grans cadenes que ara ja uns anys que ens han començat a envair, perquè abans del túnels del Garraf això era una reserva índia...

Kitsunesan dijo...

A mi també m'agradava més anar a la botiga, però no és pot negar la practicitat d'aquestes cadenes. I sí, la ciutat és allò únic que importa, com si no hagués gent fora d'ella...

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