La ciudad es como un rio, siempre pasa el misma agua, pero nunca son las mismas gotas. En ocasiones vuelvo a casa andando para poner tierra entre mi trabajo y mi vida. Nunca he encontrado a las mismas personas por más que repito la ruta. Sólo a aquellos que anclados a su tienda tienen un punto fijo en mi camino.
Todos vamos y venimos como imagenes virtuales de las vidas de otros. Sólo las piedras sobre las que nos apoyamos sabrían decir si habemos una población fiel que las habita. Y a veces estos que podrían contestar a tal incógnita, son lugares que casi no salen en los mapas.
La urbe es como una encrucijada, un espacio fractal o un laberinto que condensa momentos y sensaciones de los que creen pertenecer a ese lugar. De los que dejan un momento de su vida en ese sito deteniéndose en lo que dura una canción.
Es entonces cuando la Realidad se condensa en sensación y en música que encuentro a mi paso. Músicos callejeros que me hacen detenerme y escuchar. A veces les compro un disco y otras sólo formo parte del público.
El otro día pasé por la Plaça de Sant Iu (Sant Ivone, santo de los abogados),a donde da el Portal de Sant Iu, una de las puertas de la Catedral actualmente cerrada, en el Carrer dels Comptes. No suele ser muy transitada, pues es un recodo sombrío y por ello acogedor, al lado de un museo, con una terraza, que detiene al visitante sin darle opción al espacio contiguo. Algunas de sus piedras proceden de una antigua sinagoga, por eso se pueden ver carácteres hebreos. Todo tiene un pasado, incluso lo nuevo.
En esa plaza, que no existe en el Google Maps, como el silencio en la ciudad, este se detiene como el agua en un remanso para que lo escuchen o lo quiebren en manos de algún artista ocasional. Ese fue el caso de Ruslan Slinko, quien lo modelaba con su acordeón como si de un órgano callejero se tratara.
Me detuve y he guardado el momento que creó entre la puerta de la Catedral, los naranjos del museo y todas la piedras del gótico, como un instante de intimidad con la ciudad. Para mi fortuna el tiempo se paró escondiéndome de mi estrés diario, aunque sólo fuera durante una canción.
13:42
Lugares casi inexistentes
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Kitsunesan
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filosofia urbana,
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3 comentarios:
Hola! Vagando me encontre tu blog... me gusta!
Los caminos que nunca recorres, las diferentes rutas para llegar al mismo lugar que debes ir... puedes encontrar más que banquetas y paredes ...
Buena vibra!!
xiqueta, llegint-te a tu és fàcil participar del moment...
quins bons moments aquests...
B7s! ;)
Muchas grácias Miriam, espero que pases buenos momentos con mi blog.
Et un sol Nimué, que ve que em dongueu ànims.
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