El Sofá del Zorro

Historias urbanas, humanas y digitales




Ayer cenando con un amigo intentamos mirar una restaurante japonés en internet. Así que saqué mi portátil e intenté robarle la wifi a alguien para poder consultar la página del mismo. Para su asombro mi ordenador no estaba por la labor, era incapaz de conectarse. Así que horrorizado soltó la anterior frase, y una bronca impresionante de porqué no había montado una wifi segurizada para poder irme al sofá con mi portátil, utilizando mi antiguo ordenador y mi flamante conexión de cable para conectar TODA la casa. Pereza, fue mi respuesta. Dejo de estar conectada por pereza.

Y esto se aplica a las conexiones al email, al mòbil, al Messenger, al I-Talk, al Facebook, sí yo también he caido, haré un post sobre ello para inmolarme en mi desgracia, al Linkedin y a miles de otros sistemas de comunicación 2.0. Me da pereza, registrarme, mantenerlos, y seguir la actividad de mis amigos, y me descuelgo.

Me descuelgo porque echo en falta el quedar para hacer un café y sobre todo, encontrar tiempo para ello.

Es un crimen estar sin conexión pq ahora el anonimato y la privacidad se sacrifican en aras de la conexión. Y como dice Eduardo Punset en uno de sus libros, más o menos, la distancia que hay entre las personas, que habemos muchas en una ciudad, es igual a la que hay entre las estrellas y los planetas del Universo.

Y es que estar conectado no es tan sólo saber qué hace cada uno mediante una red social, o acumular miles de iconitos con las imágenes de personas,que se suponen amigos nuestros porque los tenemos fichados, dentro de una red social.

Es hacer cosas juntos, aunque sea de forma virtual, snif-snif, y hacer lo que hacen las personas mamíferas y sociales de toda la existencia: mirarse, tocarse, olerse y sentir la presencia física del otro. Dejando la imaginación virtual de lo que es relacionarse, para otras cosas más prácticas y metafísicas que las relaciones humanas, tan físicas, presentes y corporales, por más que nos vendan lo contrario.

La conexión digital sólo es buena, si como un cohete espacial nos permite ir a la Luna, pero hemos de querer pisarla y estar allí para disfrutarla, si no es pura evasión aséptica.




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